Para ir comiendo - Taxco, Guerrero, México

Dos para llevar y uno
para ir comiendo, porfa!
"Para ir comiendo" es una frase muy utilizada en México, sobre todo en la capital de la República y se refiere al hecho de que nuestros alimentos sean servidos de tal manera que podamos caminar y comer al mismo tiempo, a diferencia de "para llevar", que significa que deben ser envueltos de manera que se conserven calientes y en el mejor estado posible hasta que lleguemos a nuestro destino.

Esto es común por ejemplo con los cada vez mas populares "Chicharrones preparados", los cuales son una fritura de harina de trigo en forma plana, como una hoja tamaño carta pero de casi un centímetro de grueso a los que se les adereza con crema o mayonesa, col -repollo- picada, "cueritos" -piel de cerdo, chancho, marrano troceada y conservada en vinagre- salsa picante y queso madurado rayado.

La quesadilla, la torta, la gordita y los tacos también son muy socorridos cuando se trata de ir comiendo, por mencionar unos pocos ejemplos más.

Para ir comiendo, es definitivamente un recurso vital para el que viaja por trabajo, ya que a veces el apretado itinerario  no da oportunidad de sentarse a comer en algún lugar y si lo haces corres el riesgo de perder tu autobús, así que terminando el asunto que fuiste a atender corres con dirección a la central de autobuses, miras a todos lados buscando una opción económica y práctica para ir comiendo y entre cada bocado un paso más cerca del autobús que te llevará de regreso.

En ésta ocasión me quiero referir a Taxco, una bella ciudad de callejones y barrancos ubicada en el Estado de Guerrero en México, famosa por su artesanía de plata y su aire aún provinciano y relajado.

Apenas estuve ahí por cuestiones de trabajo y justamente me sucedió que se me apretó la agenda, tanto que no le cabía ni el bolígrafo entre las hojas, entonces, con apenas 15 minutos para regresar a la central para abordar mi autobús, ya no me permití detenerme en ningún establecimiento a comprar comida, me puse en la cabeza la intención de comprar algo en la fuente de sodas que está en los andenes de la "Estrella Blanca" aún sabiendo que todo es más caro y que no hay precisamente variedad. Grave error.

Sucedió pues que mi hora de comida se convirtió en un agonizante deseo de bajarme del autobús para hacerme con cualquiera de las delicias con que subían los otros pasajeros, alitas de pollo rostizado a la leña, tacos de canasta, tacos de guisado, tortas de milaneza y muchas otras cosas debidamente servidas al estilo de "para ir comiendo" que aparte de poner inquieta a mi lombriz, me tallaban en lo más profundo de mi ser el arrepentimiento de haber gastado $27.00 pesos en un Paquetaxo y una Fanta. 

Si, en serio, fui tan bestia de comprar una bolsa de frituras y un refresco a más del doble de su valor habitual y sabiendo todas las exquisiteces que se venden en Taxco y todo para que la final el autobús partiera con 20 minutos de retraso!

Visiten Taxco, es hermoso, pero les advierto que una vez que recorran el lugar  y conozcan su artesanía, arquitectura, gastronomía, museos y tradiciones tendrán ganas de quedarse para siempre.




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