Huevo con frijoles está bien

La influencia de los padres en los gustos de los hijos

Prejuicios adquiridos sobre los alimentos




Hoy tuve un recordatorio acerca de como los padres generamos una fuerte influencia en los gustos de los hijos, en las cosas que comen y las que dejan de comer por imitación.
En mi infancia, comer huevo con frijoles era sinónimo de pobreza, de escasez, era lo que se comía cuando "no había más" y por lo tanto inconscientemente trato de evitarlo y lo he desplazado de los menús en la casa.

En el almuerzo de hoy, decidí prepararlo justamente porque no es frecuente y lo serví a mis hijos, quienes lo recibieron de muy buena gana, casi festejando el hecho. 

Mi niña de 7 años comenzó a saltar en su asiento mientras decía "Yummi yummi" y me percaté de que el huevo con frijoles no tiene absolutamente nada de malo, pero quedé marcado por mi madre cuando me lo servía haciéndome creer que era poca cosa.

Hoy, decido sanar mi relación con mis alimentos y las opiniones ajenas que he tomado como propias acerca de ellos, los bendigo con amor para que mi cuerpo tomé de ellos lo que necesite y se conviertan en salud y energía para mi.

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